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Cultivo de hortalizas

ENERO: Comenzaremos este mes a trabajar en la huerta preparando el terreno, para poco a poco, a medida que el tiempo nos lo permita, podamos plantar nuestras primeras hortalizas.

Empezamos cavando una zanja de unos 30cm de ancho y otros 30cm de profundidad. La tierra que quitamos la dejamos apartada en un sitio, para cuando lleguemos a la última zanja, podamos taparla con esta tierra. Al terminar la primera zanja, comenzamos cavando la segunda, y con la tierra que vamos cavando, vamos tapando la primera y así vamos avanzando. Si disponemos de estiércol o materia orgánica, es el momento de aplicarla al terreno, echando unos 10cm de grosor a lo largo de la zanja, y después tapándola con tierra. Con este trabajo hemos soltado la tierra para airearla, y también la hemos abonado, quedando ya lista para plantar las hortalizas.


Zanja de 30cm de ancho y 30cm de profundidad.



 Tapamos la zanja cavando la siguiente.



FEBRERO: En este mes ya podemos empezar a plantar nuestras hortalizas en la huerta. Plantaremos unos ajos, un poco de repollo, coliflor y unas lechugas tapadas con un plástico transparente (debido a que aún hay riesgo de heladas).

AJOS: Necesitamos una cabezas de ajo pero para plantar solo usaremos los dientes del exterior de la cabeza (los del centro no). La tierra debe de estar muy suelta y haremos unos surcos a unos 30cm de separación plantando dentro de ellos los dientes de ajo con la punta a ras del suelo y a unos 15cm de separación entre ellos. No necesitan mucho riego y arrancando las malas hierbas que vayan apareciendo será suficiente para crezcan.
En el caso de disponer de cenizas de madera, se las esparciremos mezclándolas con la tierra; dado que es un abono rico en potasio. Seguro que nos lo agradecerán!!!


 Ajos de un mes.

 Ajos de dos meses.

CONSEJO: Para agrandar las cabezas de ajo (cuando las hojas se tornen en un tono amarillento) les haremos una atadura (nudo).

REPOLLO Y COLIFLOR: Para plantar estas hortalizas cavamos unos surcos a unos 60cm de distancia y plantamos las plantas de repollo o de coliflor a unos 50cm de separación dentro del surco. A este tipo de hortalizas les gusta el terreno muy abonado, necesitan riegos regulares para mantener la tierra húmeda y arrancaremos las malas hierbas que salgan. En el caso de la coliflor cuando tenga formada la cabeza blanca se tapará con las hojas verdes del alrededor para que no coja color y se mantenga la cabeza siempre blanca.


Repollos cubiertos con botella de plástico.


 Repollo al mes de su plantación.


 ¡¡Repollo listo para llevar a la mesa!!

CONSEJO: Se pueden tapar con un recipiente de plástico transparente hasta que crezcan un poco (además así los resguardamos de las heladas, de los caracoles y babosas).

LECHUGAS: Esta hortaliza no requiere de muchos cuidados, se planta en unos surcos separados unos 30cm y la plantamos dentro de ellos a otros 30cm de separación. Según la zona en que vivimos si hay riesgos de heladas la tapamos con un plástico transparente. Necesita mucho riego y abundante.

 
 Lechugas recién plantadas.

 Lechugas de tres semanas.


Bancal de lechugas de distintas variedades.

 Mini-invernadero  de  lechugas.

CONSEJO: Mirando esta última foto, vemos que plantando una pequeña cantidad de lechugas cada tres semanas, o según vayamos consumiéndolas vamos plantando otras, siempre nos vamos a encontrar con lechugas listas para comer, sin necesidad de disponer de mucho espacio en la huerta.


MARZO: A lo largo de este mes plantamos unas patatas, unos guisantes,unas cebollas y unas fresas.

PATATAS: Esta hortaliza requiere de un suelo blando para que el tubérculo se desarrolle sin dificultad. Les gusta el clima suave y fresco. También le gustan los abonos ricos en potasio. En el momento de plantar se escogen los mejores tubérculos provistos de yemas en estado de germinación, los más grandes se pueden dividir en dos de forma que le queden un par de yemas a cada uno por lo menos. Se plantan en surcos a 50cm de distancia entre ellos, y a 30cm en las hileras, cubriéndolas con unos cuatro dedos de tierra sin comprimir para que se desarrollen perfectamente los brotes. Al ser una planta de gran altura necesita de amontonar la tierra junto al pie, y cuando llega el calor les suele atacar el escarabajo, siendo necesario la aplicación de un insecticida.

 Plantando patatas en hileras.

 Patatas al mes de su plantación.


 Patatas al segundo mes desde su plantación.

GUISANTES: Aquí nos podemos encontrar con variedades de porte enano unos 40-60cm o variedades de porte alto o trepador que alcanzan más de 1m de altura y que necesitan de guías para crecer. Los podemos plantar en hileras en línea separadas unos 60cm plantando los guisantes cada 10cm en la línea o también haciendo unos hoyos en la hilera cada 30cm y plantamos 5-6 guisantes en cada hoyo. Taparlos con unos 4-5cm de tierra es suficiente. Necesitan riegos regulares y abundantes. Con tiempo muy caluroso se recomienda regar el follaje.

 Guisantes de 20cm con palos y guías de cordel.

 Guisantes con flor.

Guisantes ya formados.



CONSEJO: Los guisantes son hortalizas que ellas mismas fijan nitrógeno al suelo, abonándolo de forma natural. En cambio las patatas agotan mucho el terreno donde estuvieron plantadas. Por lo tanto nos conviene ir rotando las hortalizas, donde plantamos los guisantes al año siguiente plantamos las patatas que seguro nos lo van a agradecer!!!

CEBOLLAS: Al igual que la patata se trata de una hortaliza de bulbo, por lo que requiere de suelos blandos y abonos ricos en potasio o restos de cenizas vegetales. Se plantan en surcos distanciados por unos 30cm, y dentro de ellos a una distancia de 20cm. Los riegos deben de ser regulares al principio pasando después a mantener el terreno húmedo. Como mantenimiento arrancaremos las malas hierbas que vayan invadiendo el terreno.

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Cebollas en hileras separadas 30cm.

 Cebollas al mes de su plantación.


Cebollas de dos meses.

FRESAS: Para plantar unas fresas, lo mejor es reservar un trozo de terreno en la huerta que le dé mucho el sol, para que luego maduren bien. También las tenemos que tapar con una red para protegerlas de los pájaros. Preparamos un trozo de terreno de un metro de ancho por tres metros de largo, suficiente para plantar unas tres hileras de fresas separadas a unos treinta centímetros de distancia, plantando dentro de ellas las fresas dejando otros treinta centímetros entre ellas. Para mantenerlas basta con que no les falte agua, y cuando aparezcan los frutos, cubrimos el suelo con paja para que no estén en contacto con la tierra y se pudran. Otra opción, es plantar las fresas sobre un plástico negro o una malla anti-hierbas, que ya vienen con unos agujeros hechos ahorrándonos trabajo a la hora de arrancar las malas hierbas y mantiene mejor la humedad del suelo.

Fresas sobre plástico negro y con red "anti-pájaros".

¡¡Fresas casi listas para su consumo!!

CONSEJO: Las fresas con los años van produciendo cada vez menos, por lo tanto al partir del tercer año, es conveniente comprar otras fresas nuevas y replantar. También se recomienda cambiarlas de sitio cada año en la huerta, ya que le gustan los terrenos bien abonados y los agotan rápido.

 
ABRIL: Ahora que la temperatura ya es algo más elevada, podemos seguir trabajando otro pedazo de la huerta, y la preparamos para plantar unas acelgas, unas coles de bruselas, unas zanahorias y unos puerros.

ACELGAS: Es un hortaliza de hoja, por lo tanto le gustan los suelos sueltos y frescos. Tiene un gran desarrollo vegetativo que lo acompañaremos con abonos ricos en nitrógeno. Los riegos deben ser frecuentes y abundantes.
Las plantamos en hileras separadas por unos 50cm, y dentro de estas las separamos unos 30cm. A medida que vayan creciendo, amontonamos la tierra alrededor del tallo, para favorecer el blanqueamiento de estos. Cuando veamos que las hojas ya están bien formadas, iremos recolectando las más externas cortándolas por la base.

Acelgas recién plantadas.


Acelgas un mes después de su plantación.

Acelgas listas para su consumo.


COL DE BRUSELAS: Se puede plantar en la huerta a principios de abril, ya que necesita de mucho tiempo hasta producir las coles, (unos cuatro meses). Plantamos unas hileras de coles separadas unos setenta centímetros y otros setenta dentro de la hilera, en un pedazo de terreno bien abonado ya que necesita de muchos nutrientes para alcanzar un tallo de un metro de altura del que salen las coles. En verano se recomienda cortar la punta del tallo, para que la planta tenga más fuerza para desarrollar las coles.

CONSEJO: Como es una hortaliza que agota mucho el terreno, a su lado no debemos plantar otro tipo de coles como (repollo, coliflor, col lombarda, etc), ya que también lo agotan. Lo mejor es que la plantemos donde tuvimos los guisantes, ya que estos ayudan a abonar el terreno. (ver consejo: abonos verdes).

ZANAHORIAS: En este caso estamos hablando de una hortaliza de raíz, por lo tanto le gustan los suelos blandos y libres de piedras para que puedan desarrollarse bien las raíces. Prefieren los abonos ricos en potasio, o si disponemos de cenizas de leña también nos vale. Debemos de regar abundantemente al principio, y después nos basta con mantener la tierra húmeda. Las plantamos en hileras separadas por unos 25cm, y cuando vayan creciendo, las vamos arrancando hasta que queden separadas a unos 10cm dentro de la hilera. Se debe amontonar la tierra junto al cuello de la raíz, para que no se vuelva de color verde.

 Hileras de zanahorias germinando.

Zanahorias de mes y medio.


CONSEJO: Al preparar el terreno para plantar las zanahorias añadimos una carretilla de arena, para conseguir un suelo esponjoso y permeable, donde se desarrollan bien las raíces y se filtra rápido el agua, consiguiendo que no se encharque el suelo para que no se pudran las raíces.

PUERRO: De esta hortaliza se aprovecha para comer su tallo. Necesita un terreno bien abonado, porque hasta conseguir que se desarrolle del todo tiene que pasar un buen tiempo en la huerta, agotando mucho el terreno. Lo plantamos en hileras separadas unos cuarenta centímetros y dentro de ellas los separamos unos veinte centímetros. 


Pequeña plantación de puerros.
 

Para conseguir blanquear el tallo, cuando ya empieza a estar formado juntamos la tierra a su alrededor para que no le dé la luz, por eso separamos las hileras para que nos permita trabajar cómodamente, consiguiendo que la parte del tallo tapado con la tierra se blanquee.

 Puerros casi listos para su consumo.

CONSEJO: Para conseguir un puerro de un buen diámetro, cuando ya estén bien desarrollados (unas tres semanas antes de la recolección) recortamos las hojas verdes, dejando sólo unos diez centímetros de hoja para concentrar toda la fuerza en el tallo, consiguiendo así que se agrande.

 
MAYO: Cuando llegamos a este mes en nuestra zona ya tenemos la huerta casi completa de hortalizas. En el terreno que tenemos vacío, vamos a plantar unas judías, unos pimientos y unos tomates.

JUDÍAS: Las hay de varias variedades, de porte bajo, de porte alto que necesitan unos palos o guías para crecer. También las hay redondas o planas. Teniendo el terreno preparado, las plantamos en hileras separadas unos 40cm, y dentro de la hilera unos 30cm. Se pueden plantar también en hoyos, echando unos 5 o 6 granos en el hoyo. Cuando llega el verano les suelen atacar los pulgones. Que no les falte la humedad.

 Judías de porte alto con guías.



CONSEJO: Cuando empiezan a aparecer los pulgones negros en nuestras judías, nos desharemos de ellos de forma natural, rociando las plantas con una infusión de purín de ortiga cada dos o tres días, sin tener que acudir a los insecticidas químicos.

CALABACÍN:  Es una hortaliza que requiere de mucho espacio en la huerta, ya que alcanza grandes dimensiones. Necesita un terreno muy bien abonado porque crece muy deprisa.

Calabacín en crecimiento, adquiriendo volumen.
 
En nuestra zona lo plantamos a mitad de mayo (GALICIA), porque a partir de los 20ºC es cuando mejor se desarrolla. Para su plantación dejamos unos 80 cm a ambos lados. Cuando va creciendo produce unas flores masculinas que debemos quitar, dejando solamente un par de ellas para que polinice y de buenos frutos. 

Calabacín con flores, de las que saldrán los frutos.

Los mejores calabacines son cuando alcanzan un tamaño de unos 20-25 cm ya que si crecen demasiado no son tan tiernos.

 Calabacines listos para su recogida.

PIMIENTOS: Hay también varias clases, por decir algunas ( morrones, de piquillo, de padrón,etc), pero las necesidades son las mismas. Les gusta la tierra trabajada profunda y bien abonada. 

 
 Pimientos recién plantados.

Al ser una hortaliza que cuando crece coge un buen volumen, nos ocupa más sitio en la huerta. Cavamos un hoyo de unos 30cm de profundidad por unos 30cm de ancho, y separamos los hoyos unos 70cm. También los podemos plantar en hileras con la misma separación entre ellas, para que nos sea más cómodo después cavar las malas hierbas y regar.


 Pimientos en hileras, al mes de su plantación.
 
También los podemos plantar en hileras con la misma separación entre ellas, para que nos sea más cómodo después cavar las malas hierbas y regar.

A estos pimientos ya solo les falta que maduren un poco.

TOMATES: Es una hortaliza parecida al pimiento. Requiere de más sitio en la huerta, los plantamos en hileras a unos 70cm de separación, o también cavando unos hoyos de unos 30cm de ancho por unos 30cm de profundidad. 

 Tomates recién plantados.

Requieren de mucha materia orgánica y hay que podarlos. Se podan las hojas que van saliendo en las axilas de las ramas, y también las dos primeras ramas pegadas al suelo. 
 
 Tomates ya formados, podados y atados a sus guías.

De esta manera, tendremos una altura suficiente que al regar no salpiquemos las hojas, ya que la humedad en ellas provoca que aparezcan hongos.
 
Tomates maduros, listos para llevar a la mesa.


CONSEJO: Si plantamos los tomates en el hondo de una hilera de forma que nos queden unos veinte centímetros de tierra más alta alrededor, para regar es suficiente llenar la hilera de agua que poco a poco se va filtrando por las raíces, que es donde necesitan la humedad. No conviene regar las hojas ya que provoca que aparezcan los hongos. (ver consejo: como regar).

Ahora que ya tenemos la huerta completa, esperaremos un par de meses a que estas últimas estén listas para su recolección. Las que plantamos al principio ya se están consumiendo como las lechugas o el repollo. A finales de mes tendremos unos guisantes tiernos y las primeras cebollas que plantamos ya se pueden consumir. Poco a poco mirando lo que nos va produciendo la huerta, nos damos cuenta que el poco tiempo y el poco trabajo que nos pide a cambio, merece la pena. Después dejaremos que descanse unos meses, y a finales del invierno comenzaremos a preparar el terreno para plantar las hortalizas que uno más le gustan.

1 comentarios:

Rocío dijo...

Muchas gracias por sus consejos. Muy útiles para los principiantes como yo.

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