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Jardín


MARZO 2014:
Con la llegada del buen tiempo, nos animamos a hacer los primeros trabajos de temporada en el jardín. 


En los primeros días de primavera, solo hace falta mirar a este magnolio, que con los primeros días de sol y la temperatura un poco más alta, para ver que empieza a despertar.


Aquí vemos este otro magnolio, que está situado en la parte delantera del jardín para que reciba más horas de sol.


Basta con mirarlo para disfrutar como luce en todo su esplendor con la llegada de la primavera.


En esta imagen, vemos esta rocalla que construimos utilizando unas piedras con un poco de grava en la base. Dentro colocamos unas macetas y, para que destacaran un poco, dos son de terracota (redondas) y las otras dos de plástico verde (rectangulares).


Al colocarlas jugamos un poco con las alturas, poniendo la de más atrás sobre la piedra más alta, la del centro sobre una piedra algo más baja que la anterior y las delanteras a nivel del suelo.


En esta zona del jardín, en la que hay césped, con algunos arbustos de baja altura decoramos con dos vallas de madera esta esquina.


Dentro plantamos un aligustre, al que le dimos forma de bola, un laurel podado para que no sobrepase el metro de altura (nos da un color verde oscuro) y una tuya a la que, cuando crezca un poco,  la perfilaremos con forma de pirámide (y nos ofrecerá un tono verdoso algo más claro que el anterior).


En la misma zona del jardín, tenemos este rododendro que enmarcamos con cuatro vallas de madera, para así decorar un poco esta zona en la que había un gran espacio con césped solamente.


En su interior, tan pronto llegue el buen tiempo decoraremos su base plantando plantas de temporada, para así darle al conjunto un efecto más vistoso.


En esta zona central del jardín, destacamos esta rocalla en forma de círculo con un arce japonés (en otoño sus hojas muestran un color dorado) y en su base pusimos plantas que se mantienen verdes todo el año (hebe, artemisa y otras con más color como la lobelia y la lavanda). 



En estas fotografías, se aprecia como, con poco esfuerzo, queda el jardín con la hierba recién cortada con el cortacésped y los bordes recortados alrededor de los frutales usando un recortabordes. 




En esta foto vemos como empieza el jardín a llenarse de color con la llegada de la primavera en una casa de campo. A la izquierda están los narcisos, bulbosas típicas de esta época, delimitadas por un seto de "boj", y después se ve una zona de césped salteada de arbustos de porte medio, destinada a que los más pequeños puedan disfrutar del ambiente jugando al aire libre.





Ahora vemos el seto de "boj", acompañado de arbustos habituales en nuestra zona, como el rododendro, la hortensia y esta camelia, en primer plano a la izquierda, todos ellos arbustos de tierra ácida.



 
Al llegar la primavera y subir un poco la temperatura, vemos como nos sorprende el rododendro con la punta de sus ramas llenas de flores de color rosa, que contrasta con el verde de sus hojas.


En la foto podemos apreciar como está el jardín lleno de color en marzo. En primer lugar el verde intenso y el amarillo de los narcisos, contrasta con el verde más suave de las hojas del rododendro y el rosa de sus flores al fondo.



En el margen izquierdo de la foto, vemos un macizo de plantas bulbosas delimitado por un seto de "boj". En esta época los narcisos son los protagonistas de esta zona del jardín, y después con la llegada del verano aparecen las dalias, otra bulbosa que nos llena el macizo de distintos colores con sus diversas variedades.



En esta esquina del macizo hicimos que destacara este cotoneaster, que con los años y un poco de poda conseguimos darle esta forma arbustiva, ya que es un arbusto de porte rastrero o cubresuelos, (crece horizontalmente). Él, a cambio, nos da unas hojas pequeñas de color verde oscuro y, desde finales de verano hasta entrado el otoño, nos sorprende con unas bayas redondas de un color rojo intenso.



Otra protagonista del comienzo de la primavera son las camelias, típicas en nuestra zona., a parte de mantenerse verde todo el año en esta época se llena de flores, en este caso de un tono rosa. A medida que van cayendo las flores, si las amontonamos a sus pies haciendo un acolchado orgánico, esta nos lo agradecerá.





Otra de las protagonistas de esta época del año, son las prímulas (también conocidas como primaveras), que como su nombre indica, es en esta época del año cuando más lucen. Requieren una situación de media-sombra (que durante el día alternen horas de luz solar con horas de sombra) y ojo con los caracoles y las babosas debido a que acostumbran a mordisquear sus hojas verdes.






 En estas imágenes, se observan distintas variedades, que combinando colores y otras especies de distinta altura y color, con las que podemos resaltar cualquier macizo o rincón de nuestro jardín.




 Al lado de este lavadero (habitual en Galicia), por donde corre el agua sobrante se dá de maravilla esta cala. Después de las típicas heladas de nuestro clima invernal, nos sorprende con sus característicos cartuchos sobresaliendo entre sus verdes hojas.

TEMPORADA 2013:
 
En estas imágenes vemos el jardín que cuando se diseñó se tenía la idea de plantar árboles de porte alto al fondo, para que dieran abrigo a la finca y a la vez nos quede una finca soleada con zonas de sombra segundo cambie la posición del sol. 

 

Optamos por plantar un césped rústico con flores; de manera que con los primeros rayos de sol de la primavera, se inunde nuestro jardín de margaritas blancas. Este tipo de césped, tiene la ventaja de no necesitar excesivo mantenimiento.


Al tratarse, en nuestro caso, de una zona fría optamos por plantar diversas coníferas, sauces, arces japoneses y algunos arbustos (rododendros, camelias o glicinas).


En el centro del jardín plantamos un arce japonés; que al llegar el otoño, sus hojas nos llenan de colorido el jardín. Para destacarlo, ponemos en su base una pequeña rocalla redonda utilizando unas piedras de tamaño medio y plantamos en su interior plantas de lavanda (que podemos iluminar con alguna lámpara al llegar la noche).



En este lateral del jardín; construímos esta rocalla de un metro de ancho por cinco de largo, delimitándola con piedras por todo su perímetro. Colocamos una malla anti-hierbas y la rellenamos por arriba con gravilla blanca. Así evitamos que salgan malas hierbas y ahorramos mucho trabajo.


En esta rocalla, tenemos plantadas una camelia y unas azaleas. A una de ellas la podamos en dos alturas para destacarla, mientras que la otra la podamos de manera que adopte forma de cubo.



Aquí en estas imágenes, podemos observar un sendero a lo largo del jardín. Para hacerlo, primero cortamos el césped con nuestro cortacésped en la posición más alta. A continuación, hacemos un sendero rodeando el jardín (con curvas marcadas queda más vistoso) con nuestro cortacésped ahora en la posición más baja, para que se note el cambio de altura de la hierba.


En otra parte del jardín, hicimos un camino con piedras para marcar unos pasos por donde caminar. Para ello, empleamos piedras planas que no tienen por que ser todas iguales, pues queda mejor cuanto más desiguales sean. Al ser planas, el césped crecerá entre ellas y no nos molestará al pasar el cortacésped. 


Aquí vemos una buganvilla en el mes de agosto mostrando todo su esplendor. Solo necesita estar situada al sol y tener un soporte para favorecer su desarrollo. En este caso, vemos como su crecimiento se apoya en un pilar y se expande a lo largo del tejado (sujetada por unos alambres, a modo de guía).



En la parte trasera del jardín, observamos como se combinan arbustos que no superan el metro de altura (distribuídos a lo largo del césped junto a un muro de contención de piedra). Por otra parte, se observa un desnivel en el cual plantamos una hiedra que al extenderse horizontalmente nos ahorra el trabajo de tener que pasar el cortacésped en la incomodidad de la pendiente.



Para la parte delantera de la casa, hay un parterre delimitado por un seto que no supera el medio metro de altura, en cuyo interior hemos plantado azaleas (que perdura todo el año) acompañadas de plantas de temporada (plantadas en primavera con el objetivo de disfrutarlas a lo largo del verano).



Al fondo de la imagen apreciamos como podemos disfrutar de un espacio para comer y relajarnos al aire libre. En este caso, nos bastó con unos muebles de madera de Teka y una sombrilla para protegernos del sol propio del mediodía.

Aprovechando de que disponemos de un muro de contención del terreno a lo largo de su recorrido, en unos 50 cm de ancho, hicimos una plantación de diversas plantas aromáticas. Este tipo de plantas no requiere de muchos cuidados; les basta con regarlas frecuentemente y situarlas en un lugar soleado. 

  
  
Muro con variadas plantas aromáticas.


 Algunas pueden llegar a ser invasoras (como el caso de la menta). Para que esto no ocurra debemos plantarla en una maceta, que situaremos igual en el muro, evitando que se extienda de manera excesiva.


Aquí observamos como ciertas aromáticas pueden llegar a ser muy voluminosas.
 
 


Con un poco de paciencia y entusiasmo podemos atrevernos a moldear un arbusto a nuestro gusto.

En este caso, decidimos podarlo en dos alturas: para la base hicimos un círculo de manera que para la parte superior nos quedase espacio para moldear un cubo que quedase centrado. 

En cambio, con este arbusto nos decidimos a darle una forma similar a los sofás. Para ello, primero lo dejamos crecer abundantemente para que luego al recortarlo no nos quede excesivamente diminuto. Una vez alcance el tamaño adecuado, empezamos dejando la parte trasera más alta; de manera que los laterales adopten forma de reposabrazos. Finalmente, lo acabamos dándole a la parte central forma de asiento.


El resultado final puede ser parecido a este, dependiendo de los gustos de cada uno.

 Ahora vamos a ver en estas fotos un jardín que ocupa una gran extensión de terreno, y en el cual se diferencian tres tipos de ambiente distintos, cada uno con sus tipos de árboles y plantas creando todos un conjunto muy agradable a la vista.


Esta es la zona del inicio jardín, la parte más cercana a la casa, en la que se ve una gran zona con  césped ornamental (mezcla de semillas que se distingue por la finura de sus hojas), que requieren de gran mantenimiento. Alrededor del césped intercalamos arbustos de medio tamaño con macizos de plantas.


Ahora vemos la parte central de la finca, en la que se distinguen grupos de árboles autóctonos rodeados de césped rústico ( mezcla de semillas que se adaptan a cualquier tipo de terreno), y requieren de menos mantenimiento.


Al final de la finca se creó este pequeño bosque con coníferas que llegan a alcanzar gran tamaño, creando este ambiente sombrío en el suelo. En estas condiciones el césped no crecería bien, por lo tanto usamos una planta cubresuelos como la hiedra.


A la entrada de la casa en la parte delantera del jardín, hay árboles grandes que proporcionan sombra la mayor parte del día. También es una zona muy húmeda.


Con estas características, vemos en la foto, las hostas (plantas de hojas muy anchas), helechos y hortensias, todas ellas se adaptan bien a la sombra y a la humedad. En el centro destaca una jardinera de piedra con un pequeño arce japonés en su interior.




En estas fotos vemos como al lado de la casa hay una piscina rectangular, rodeada de una gran extensión solo con césped, pudiendo así disponer de un terreno libre para disfrutar y jugar con los niños o la familia.


Aprovechando que discurre un pequeño canal de agua, se plantaron bambúes que llegan a alcanzar gran altura. De paso nos sirven de seto natural para separar la parte del jardín cercano a la casa de la  zona donde comienzan los árboles autóctonos y el bosque de coníferas.


Estos árboles se plantaron en grupos de quince o de veinte de la misma especie, para lograr un efecto más visual de estar en el bosque. A su alrededor se ve la pradera de césped (en esta zona del jardín se usaron semillas rústicas). Por el centro serpentea un sendero.


Al pie de los árboles se pusieron hiedras, que son excelentes cubresuelos y las mantenemos fácilmente recortándolas un poco. Además el color verde oscuro de sus hojas combina muy bien con el verde más claro del césped que hay a su alrededor.


Por esta zona de la finca discurre un sendero que en su parte central destaca una circunferencia de unos cuatro metros de radio elevándose en el centro un poco el terreno, como si se tratase de una glorieta o una rotonda, se ve centrado un olivo.


Ahora llegamos al final de este gran jardín donde se aprecia como discurre el sendero que va separando las zonas de los grupos de árboles de las zonas con césped. Al final se ve una valla de madera que delimita toda la finca.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por esta página tan interesante. Las fotos muy bonitas Tomo nota de los consejos.

Anónimo dijo...

Qué jardín tan bonito!

Anónimo dijo...

Muy buen trabajo de jardinería con buenas ideas.

Andrés dijo...

Muy interesantes sus consejos. Tengo un pequeño jardín delante de casa y me gustaría plantar alguna flor bonita y resistente ¿Que me aconseja? El clima es más bien seco y frío

Con vistas al huerto dijo...

Respondiendo a tu pregunta Andrés, como plantas que se adapten al clima descrito estarían las prímulas, calendula, azalea, brezo, etc..
En otoño podrías plantar bulbos de narcisos, jacintos o tulipanes para disfrutarlos a principios de primavera.

Anónimo dijo...

Da gusto ver blogs tan trabajados e interesantes. Mis más sinceras felicitaciones, está completo en tódolos sentidos.

Anónimo dijo...

Seguid publicando entradas!! se aprende mucho y está muy bien explicado

María José dijo...

Vengo de Diario de mi jardín, me encanta tu jardín, ¡tan verde y tan bonito!
Enhorabuena

Anónimo dijo...

¡Qué gran trabajo! Enhorabuena por los jardines y por la página

Anónimo dijo...

¡Que bonito se ve todo! Leyendo los comentarios, hasta parece fácil de llevar a cabo las ideas explicadas, pero seguro que detrás hay horas y horas de trabajo.

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