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Planificación de la huerta

En nuestra zona ( Galicia- España ), podemos decir que a finales de enero comenzamos a trabajar en la huerta y empezamos a planificar como plantar nuestras hortalizas mirando siempre sus necesidades. Las hay que necesitan más horas de sol que otras, por lo tanto les dejaremos el lugar mas soleado de la huerta. Tampoco plantaremos al lado de ellas hortalizas de porte alto ( tomates- judías altas ), porque les harán sombra. Por ejemplo, a los ajos les gusta mucho el sol, así que los plantaremos en la parte delantera de la huerta donde suele dar mas el sol. 

Ajos en el lugar mas soleado de la huerta.

También planificamos la huerta mirando en que lugar plantamos las hortalizas según agotan el terreno de nutrientes. Cuando observamos trabajar a los más viejos del lugar, vemos que no plantan las hortalizas siempre en el mismos sitio, sino que las van alternando en la huerta. Desde siempre sabemos que no todas las hortalizas consumen por igual los nutrientes del terreno, unas son grandes consumidoras de potasio (patatas, pimientos, zanahorias), otras consumen mucho nitrógeno (coliflor, repollo, brécol), y a otras les basta con que les aportemos materia orgánica (acelgas, lechugas, cebollas). Ahora a la hora de plantar nuestras hortalizas, conociendo sus necesidades las separamos en estos tres grupos. Dividimos la huerta en tres partes, donde situamos el primer año las que consumen más potasio, el segundo año situamos las que consumen más nitrógeno, y el tercer año las que les llega con aportar materia orgánica. De esta manera haciendo rotar las hortalizas no agotamos tan rápidamente el terreno de nutrientes.


 El primer año plantamos estas hortalizas 
que consumen mucho potasio y agotan rápido el terreno.


  El segundo año plantamos en ese lugar las grandes consumidoras de nitrógeno.


 
El tercer año plantamos las que les llega con aportar materia orgánica. De esta manera queda el ciclo de rotación de hortalizas terminado, volviendo el año siguiente a comenzar el ciclo.

Empezamos a trabajar el terreno de nuestra huerta y si tenemos compost o estiércol de animales, se lo añadimos para abonarlo de forma natural. Cavamos una zanja de unos 30 cm de ancho por otros 30 cm de profundidad, y le incorporamos en el fondo unos 10 cm de compost o estiércol. Empezamos otra zanja al lado de esta, y con la tierra que vamos sacando tapamos la primera. Seguimos así hasta conseguir un pedazo de terreno para plantar lo que deseamos.

Trabajamos el terreno cavando la tierra.

 Trozo de terreno listo para plantar hortalizas.

Esperamos unas tres semanas para que se asiente la tierra movida, se airee y el abono se descomponga del todo en el suelo. De este modo tenemos la huerta lista para plantar las primeras hortalizas. 

Aprovechamos el terreno ocupando las esquinas con hortalizas de pequeño volumen.

Aquí empezamos plantando unos ajos, unas cebolletas, hortalizas que soportan el frío que aún suele hacer por esta época del año. También plantaremos unas lechugas, que las taparemos con un plástico transparente que deje pasar la luz y les proporciona calor haciendo así un pequeño invernadero. A medida que avanza la temporada seguiremos preparando mas terreno para seguir plantando mas hortalizas. 

Pequeña plantación de cebolletas. 


 Pequeño invernadero de lechugas.

Las hortalizas las plantamos en pequeños recuadros, dejando a su alrededor un pequeño camino que luego nos permita hacer las labores de mantenimiento cuando llegue el tiempo de arrancar las malas hierbas y regar.

Huerta con las hortalizas en recuadros con un camino alrededor para facilitar el trabajo.

Una manera de planificar la huerta, para ahorrar tiempo y trabajo a la hora de su mantenimiento, es plantar las hortalizas sobre una malla anti-hierbas. De esta manera nos evitaremos arrancar las malas hierbas y nos hará falta regar menos, ya que esta malla retiene mejor la humedad.

 

Hortalizas en malla "anti-hierbas", ahorraremos esfuerzo en su mantenimiento.

Otra manera de planificar la huerta es plantar las hortalizas en hileras; por ejemplo, en esta imagen se ve como alternamos cebollas, lechugas, cebolletas y espinacas. Así, con muy poco terreno, podemos obtener distintas variedades de hortalizas además de conseguir que nuestro huerto sea vistoso.

 Terreno con hortalizas en hileras.

Ahora que las hortalizas están creciendo, para su mantenimiento debemos arrancar las malas hierbas y posteriormente abonamos con compost, para que nunca le falten nutrientes hasta el momento de su recolección.


 En estas imágenes, añadimos compost a nuestra huerta para no agotar sus nutrientes.



LA HUERTA (TEMPORADA 2013)

En las imágenes que tenemos a continuación, mostramos como la huerta (alrededor de agosto) está con las hortalizas a punto para su recolección. 


 
Este pequeño trozo de terreno lo dedicamos a plantar las hortalizas de más volumen (pimientos de padrón, tomates y pimientos morrones).
 
  
Aquí en primer lugar vemos las hileras de los pimientos morrones, a los cuales pusimos unos palos de guía para poder atarlos.



Ahora desde este ángulo vemos los pimientos de padrón, plantados a finales de mayo. 
Para conseguir estas hortalizas desde que las plantamos las riego una vez a la semana con purín de ortiga hasta que echan la flor, cada quince días les arranco las malas hierbas, y añado compost descompuesto entre ellas para que no le falten nutrientes. Cuando ya empiezan a echar la flor, les esparzo ceniza de leña (rica en potasio), que mezclada con la tierra hará que den buenos frutos.

 
Al lado de los pimientos de padrón hemos plantado los tomates, dejando un pequeño espacio entre ellos para poder regar y recogerlos cuando estén listos para su consumo.



Arriba pimientos morrones, mientras que abajo se trata de pimientos de padrón.
 


Cuando empiezan a echar la flor dejo de regarlos con purín de ortiga, que ya hizo su función (conseguir que la planta creciera con fortaleza y sin plagas).

  Pimientos de padrón echando la flor.

Ahora que les comienza a salir la flor, les esparzo ceniza de leña al pie de las plantas una vez a la semana, que al ser muy rica en potasio, hará que den buenos frutos. Seguimos regando para mantener la tierra húmeda (regar siempre por abajo) al anochecer, y solo nos queda esperar a que lleguen estos pimientos.


Pimientos morrones madurando.
 


 Pimientos de padrón listos para consumir.

Ahora vemos estos tomates que los cuidamos igual que los pimientos. Esta hortaliza crece mucho y hay que ponerle un palo de soporte para poder atarlo a medida que va creciendo.

 
Necesitan ser podados (las ramas que salen del tallo principal se dejan pero las que salen justo del cruce con este son las que se podan).


Ahora con los tomates ya formados, solo quieren ser regados por abajo para tener las raíces húmedas. No mojar las hojas sino aparecerán las plagas, y con un poco de sol para que maduren conseguiremos estos tomates.


 Tomates maduros listos para consumirlos.


Estas judías de porte alto las situamos en la parte trasera de la huerta, ya que poniéndoles un palo para que puedan guiarse por el, llegan a superar los dos metros de altura. Las riego con purín de ortiga que estimula su crecimiento y las previene del ataque del pulgón negro.



En esta foto vemos como producen estas judías altas que ya están listas para su consumo. Donde este año estuvieron las judías, el año que viene conviene plantar hortalizas que agotan mucho el terreno (col de bruselas), ya que las judías fijan el nitrógeno al suelo, ayudando a enriquecer el terreno de manera natural.



Al calabacín lo situamos en las esquinas de la huerta porque crece rápidamente llegando a ocupar más de un metro cuadrado de terreno.


Estas flores que crecen hacia arriba (masculinas) las podamos, dejando un par de ellas para que polinicen a las femeninas, de las cuales salen los calabacines.


Aquí ya vemos un calabacín y unas flores femeninas que darán más frutos.


Ahora que ya tenemos más de la mitad de la huerta ocupada por las hortalizas que les hace falta mucho espacio, plantamos las más bajas por donde sale el sol, para que las más altas no les hagan sombra hasta el atardecer.



Estos puerros no superan los 40cm de alto, y a medida que van creciendo, amontonamos tierra alrededor del tallo para blanquearlo y no adquiera color verde. Agradecen la ceniza de leña y cuando el tallo empieza a estar formado, podamos las hojas verdes aéreas consiguiendo que éste engorde.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Moi boa a paxina
Os vigueses.

Anónimo dijo...

Una entrada muy bien explicada y muy útil. ¡Enhorabuena por el trabajo!
Arantxa y Diego

Anónimo dijo...

Que buena pinta todo, se notan los buenos cuidados!! ;-)

Anónimo dijo...

me recuerda la huerta de mis abuelos en el pueblo. leyendo los comentarios me doy cuenta de que ellos hacían lo mismo para cuidar la huerta. muy bien explicado todo.

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